Poesía Electrónica v1.0

Acercamiento a la poesía cubana a la luz de los nuevos medios.

Autora: Lizabel M. Villares.

LA HIPÓTESIS

En una antología imaginaria de la poesía cubana reciente, digamos que bajo el título Distintos modos de evitar a un poeta: Antología de poesía cubana del siglo XXI, se recogerían piezas de los exponentes más notables de entre quienes comenzaron a publicar a partir del año 2000. Las fechas abarcarían desde 1969 hasta 1984 como año de nacimiento de los autores, y desde 1999 hasta 2011 como periodo de creación de las obras seleccionadas. Para conservar la fidelidad del volumen a las circunstancias de la historia literaria de cualquier contexto local, se excluirían poetas cuya fecha de nacimiento coincidiera con los primeros años del periodo especificado. El motivo: serían autores con una presencia fuerte en el campo literario nacional de los años ´90, y que pertenecen por ende no a la promoción estudiada en esta antología, sino más bien a su espectro de influencias.

UPDATE

La circunstancia del arribo de un nuevo milenio, más las características generacionales y contextuales que hacen lucir oportuna esta denominación, ha hecho popular en el ámbito cubano el término de Generación 0 para catalogar a este grupo de poetas. No es original de la isla esa manera de apreciar la producción reciente desde un marco referencial asociado con la aparición del milenio. En la última década han proliferado diversas antologías en el campo hispanoamericano que hacen uso de dicho criterio. Un ejemplo claro de estas coincidencias es el título de una antología de jóvenes poetas publicada en Perú en el año 2000. Sin embargo, creo que sólo ahora y a posteriori, podemos sacar un balance más o menos acertado de lo que ha representado la década para nuestros respectivos panoramas literarios.

En el caso de Cuba, si bien la actual promoción suele definirse de manera negativa con respecto a promociones anteriores, es difícil describirla por lo que realmente es, por lo que acaso podría establecer categóricamente la naturaleza de sus propuestas estéticas. Esto se debe en parte, a que se trata de una generación que utiliza estrategias postmodernas, resistiéndose a clasificaciones, y en parte, a que estamos a las puertas de esa transformación notable que ocurre en el seno de cada uno de los campos de la producción cultural actual, transformación relacionada, sin dudas, con la aparición de los nuevos medios.

Las antiguas relaciones entre escritor y mercado, así como entre ambos y el lector, se enfrentan a nuevas dinámicas y a una infraestructura cambiante, que difiere de aquella a la que estábamos acostumbrados hasta la aparición del blog, el e-book, los readers, los tables, el iphone y el ipad. Es cierto que hemos nombrado objetos no del todo habituales en Latinoamérica y muy poco conocidos en Cuba, donde apenas los celulares son de uso común. No obstante, hechos como el flujo de turismo que ha llegado a la isla en los últimos años, el aumento en la frecuencia de las visitas de cubanos emigrados al país, o la existencia del uso generalizado de la antena parabólica para el acceso a canales extranjeros (práctica sumamente difícil de reprimir por parte del gobierno), hace posible afirmar que en los últimos diez años los jóvenes cubanos han estado expuestos a las mismas referencias globales a que han estado expuestos los jóvenes en otros lugares del planeta. Es este un suceso inédito en la historia de una Revolución cubana, caracterizada por el bloqueo constante de información desde y hacia el exterior. Sin embargo, es sólo en la ciudad de La Habana donde este fenómeno es visible, ya que en el resto del país la Internet es escasa y hasta inexistente para algunas regiones. En la capital, mientras tanto, muchos jóvenes compran cuentas ilegales, acuden a embajadas extranjeras o acceden a las cuentas permitidas de conocidos una o dos veces por semana para chequear su email, subir fotos a la Red y actualizar su perfil de Facebook.

Los cambios que tienen lugar en el mercado del libro a nivel global, proyectos como GoogleBooks y Amazon, así como la existencia de los blogs y las redes sociales en tanto espacio de autopublicación, autopromoción y autodifusión, son especialmente atractivos para aquellos escritores que aspiran a llegar a un mercado internacional. En Cuba no existe ninguna editorial que sea accesible o tenga presencia fuera de nuestras fronteras geográficas. A esta situación se suma la contundente crisis editorial del país.

Sin recibir suficiente atención por parte de productores y críticos, la crisis editorial cubana es uno de los problemas más agudos que enfrenta nuestro ámbito literario. Debido a una miserable situación económica, a causa de la cual se convirtió en política oficial desde los años '90 la limitación del papel para las editoriales, el formato del libro se redujo dramáticamente en la isla. Desde hace dos décadas, el libro cubano tiene un promedio de 50 páginas, tanto para los géneros de cuento, poesía e incluso el de novela. Los concursos, la vía más certera de obtener acceso a la publicación dentro del país, exigen para el género novela, otorgándole a veces la denominación de "noveleta", un máximo de 50 cuartillas, lo cual coincide con el estimado internacional para el límite del relato largo. Sin dudas esto ha afectado la visión de quienes son tradicionalmente reconocidos como productores de libros: los escritores. Por otro lado, la política cultural gubernamental, contraria a la visión del libro como producto comercial, ha constreñido la labor de los editores a la de meros correctores, de forma que no existe la profesión de ese consejero o experto que suele ser la contraparte del escritor. Otras razones, como la censura, la falta de variedad o de perfil editorial específico para un campo literario demasiado homogéneo, son motivaciones extras que conducen a los escritores cubanos a pensar en los medios digitales como alternativa.

EL CANSANCIO DE LA POESÍA

Es mi opinión que hoy en día acontece una convergencia entre literatura cubana y nuevos medios. La aproximación de los escritores a aquellos medios de difusión digitales que sostienen una lógica distinta a la mantenida por los medios tradiciones nos lleva directamente a preguntarnos si está ahí una literatura post-media. «¿Esta ahí una literatura post-nacional?», es el título del artículo publicado recientemente en Review: Literature and Arts, por Anke Birkenmaier, en un número especial sobre Cuba.[1] Mi conclusión es que no sólo tenemos una literatura post-nacional sino también una literatura de características globales que incursiona actualmente en la esfera post-mediática con cierto entusiasmo escéptico y cínico. Ello nace, en parte, de nuestra experiencia histórica reciente y una consecuente sensibilidad post-revolucionaria más o menos generalizada en el contexto del nuevo siglo. Sensibilidad latente, incluso, en las acciones y el discurso del nuevo gobierno de Raúl Castro.

Medios "viejos" como la prensa, la televisión, la radio, la editorial misma, implican la difusión masiva y la producción de consenso como dos de sus características primordiales. Los escritores recogidos en esta antología han participado no obstante de un intenso tráfico de información digital de mano en mano, método sumamente afortunado dentro de la isla, tan eficiente como para lograr la popularidad arrasadora del dúo de hip hop Los Aldeanos. Estos jóvenes son escuchados por universitarios y por taxistas con un fervor similar hacia las letras contestatarias y reveladoras en torno a la situación del país. Por otro lado, eventos tales como la aparición de revistas digitales alternativas a partir de 1999; la llamada Guerrita de los Emails en 2007 (este, nuestro debate más intenso sobre política cultural en las últimas dos décadas, utilizó el correo electrónico como herramienta); el surgimiento de una blogosfera cubana que ha ido desarrollándose rápidamente dentro de la isla desde el año 2007; la aparición de proyectos como Desliz y El Diletante Digital, también en 2007, ambos activistas en estrechar las relaciones entre literatura y nuevos medios; la publicación del e-book Boring Home, de Orlando Luis Pardo Lazo, en las afueras de la sede del evento oficial de la Feria Internacional del Libro de La Habana de 2009; la celebración del primer evento sobre las relaciones entre Cultura y nuevos medios en 2009; así como el film Memorias del Desarrollo, cuyo director Miguel Coyula se siente cómodo con la autodefinición del director de cine que trabaja como un escritor, son algunos de los ejemplos recientes que evidencian dicha convergencia.

Por cuestiones de espacio no nos detendremos en un análisis pormenorizado de este fenómeno. A ello dedico un ensayo en proceso de próxima aparición, en formato página web, más la intervención en un proyecto de colaboración con la universidad norteamericana de Buffalo (The State University of New York). En el segundo caso, desarrollaremos un evento colaborativo entre Desliz (www.desliz.net.tc) y el EPC (Electronic Poetry Center http://epc.buffalo.edu), que privilegiará el intercambio y la discusión en talleres donde se explorarán las relaciones entre literatura y nuevos medios. Recomiendo a los lectores interesados el seguimiento de ambas iniciativas. No obstante, me gustaría dejar, no sólo en calidad de crítica sino también como uno de los autores recogidos en esta antología, algunas líneas descriptivas con respecto a la poesía cubana del siglo XXI. ¿Cuáles son las características de una literatura que se acerca a los nuevos medios?

MANUAL PARA EVITAR AL POETA

Vicente Luis Mora, el escritor al frente del movimiento literario español Los Mutantes, intentó responder esa pregunta en su reciente ponencia «Text and Internext: the literary change to fluid texts and its effect in current narrative.»[2] Fluidez, visualidad, intertextualidad dinámica, son los rasgos que destaca el autor español. Dos de ellos homologables a mi modo de ver con un par de los enunciados por Italo Calvino en su famosa charla Seis propuestas para el próximo milenio. Visualidad en Calvino es visibilidad para Mora. Levedad /rapidez/exactitud, son tres de las propuestas de Calvino que considero posible agrupar bajo el término fluidez, de Mora. Consistencia y multiplicidad son las dos propuestas restantes de Calvino. Ambas describen lo que, citando a su autor, informa sobre una literatura que comprende «un lenguaje sin barreras, a una escritura sin trabas, a una gran elipsis que abarque lo bajo y lo alto lo lejano y lo cercano lo cómico y lo serio lo minúsculo y lo inmenso y busque la idea de solidez estructural detrás del movimiento.» Nada más cercano al lenguaje de los nuevos medios que esta descripción. A mi modo de ver, la nueva literatura no sólo ha de ajustar sus premisas a la tecnología, sino también a todos los cambios que ésta trae consigo. Algunos de estos cambios marcan el pulso de la nueva práctica literaria que se gesta, tras las pantallas del computador, en un país tan aislado de la tecnología pero tan occidental y global en su sensibilidad como Cuba.

Fragmentariedad, globalidad, hibridez de los géneros literarios como norma, multidisciplinariedad de los autores como tendencia (quedan pocos poetas cubanos que se reconozcan y produzcan únicamente desde la etiqueta poeta), el huir de la alta cultura como concepción preestablecida de valor y de poder (el poder del privilegio de acceso a la información, por citar un ejemplo), la intertextualidad dinámica (léase participativa, abierta a la opinión de otros y a la intervención de los otros en lo creado y en el acto mismo de crear), la intención de trascender la noción de literatura como un acto estético y acercarlo a la noción de acción, en aras de describir un recorrido similar al que hace algún tiempo viene realizando el arte contemporáneo. Es esta una fotografía somera de la cosmovisión que une a estos autores.

De todas, se sabe, es la poesía la práctica literaria que quedó más marginada del contacto con las redes sociales en el mundo actual. Para salir de ahí, es necesario salir de la noción misma de poesía.

En nuestra antología, el lector encontrará poetas cuyo lenguaje se acerca más al modo y las intenciones tradicionales de la creación poética, y también a autores más cómodos con el uso y las dinámicas que asociables a los medios digitales. Considero a ambos grupos como actores de un tránsito en el panorama literario actual: ninguno de estos poetas ha producido aún sus mejores obras y muchos de ellos son acaso el puente entre éstas y otras piezas de mayor calibre. La pregunta, sin embargo, está ahí: ¿son nuevos medios para una vieja expresión, o se trata también de una nueva poesía?

NOTAS

[1] : Anke Birkenmaier (2011): Is There a Post-Cuban Literature?, Review: Literature and Arts of the Americas, 44:1, 6-11

[2]Ponencia presentada en el evento Hybrid Storyspaces, celebrado en Cornell University en 2010. Publicada en el blog del autor el viernes 7 de mayo de 2010: http://vicenteluismora.blogspot.com/2010/05/el-concepto-de-internexto.html (Accedida el 7 de noviembre de 2011.)