No puedo decir siquiera que le haya sido fiel. No lo fui nunca. Pero no porque no la quisiera, sino porque no podía ser de otra forma. Hay todo un mundo afuera que nos reclama con una fuerza inobjetable. Nos arrastra lejos de nosotros, nos sustrae el equilibrio. Hablo de la TV, de
las revistas,
de la posibilidad de hablar con un amigo a 300 millas de distancia, de la Internet. Nuestros sentidos se desbordan y las emociones los siguen. Nada permanece, y nada es discernible. La vida es demasiado agresiva y nosotros la imitamos.
...y me arrepiento de todo, constantemente, y no encuentro forma de disculparme, y sé que no debí, y lo hice, pero sé que tú también, que todos lo hicimos... nadie es honesto, simplemente porque no se puede...
Hay una presión enorme que descansa en nuestro cráneo y gotea a través de la columna e inflama el sexo. Un sendero que es cuesta abajo, y arrebata a todo el organismo. Nunca le fui fiel, ni un día, ni una hora. Y luego se lleva el corazón a rastras por semanas. Pero desde que el sexo se ha vuelto un deporte extremo de trivialidad acrobática, ...y sé que no debí, y lo hice, pero sé que tú también, que todos lo hicimos... me arrepiento de tantas cosas, de mis cándidas justificaciones, de mi venganza apriori por tus futuros devaneos... pero todos lo hicimos.... desde que vale más la actualidad constantemente bruñida y maquillada, desde que tenemos que estar a la moda o morir en el intento, desde que la forma de referirse a una mujer cualquiera es "puta", sin necesidad de saber si lo es, porque se supone que debe serlo o siquiera valdría la pena ser mujer ...y no debí hacerlo, ni ella tampoco, pero todos lo hicimos... y simplemente es así, y no vale la pena preocuparse por eso.